Tres familias de la comunidad rural La Nícora, en el corregimiento de El Llano, en el distrito de Chepo, cuyas viviendas de madera y zinc en mal estado, resultaron destruidas por una fuerte ventolina que azotó este sector de Panamá Este a mediados de julio pasado, recibieron sus nuevos hogares confortables.
Las llaves de estas obras sociales, construidas por cuadrillas del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), fueron entregadas por el ministro Rogelio Paredes, en compañía de los viceministros Daniela Martínez López y José Batista y el alcalde chepano, Juan Ayola.
También puedes leer: Capturan a presuntos implicados en muerte de Pedro Andrade
Las familias beneficiarias suman una población de 16 personas, entre niños, adolescentes, adultos y adultos mayores que viven en situaciones de pobreza.
El primer favorecido fue Clemente Becheche, un agricultor y pescador de 55 años, quien cuenta con una familia numerosa conformada por su esposa, tres hijos mayores, una nuera y cinco nietos en edades de 1 a 17 años, quienes habitaban en una residencia de dos pisos de madera y cemento en malas condiciones.
Posteriormente, obtuvo un nuevo hogar Marcos Ríos, de 80 años, quien al momento del mal tiempo residía solo en una casa de madera, techo de zinc y piso de cemento, la cual fue destruida por las fuertes brisas dejándolo sin una morada.
El informe de las trabajadoras sociales del Miviot destaca que el adulto mayor subsiste con lo que recibe del programa 120 a los 65 y con la ayuda económica de sus parientes con la venta de tamales y bollos.
También puedes leer: Pueblos indígenas, tema prioritario para las autoridades
Finalmente, la ayuda estatal llegó a Sabina Sarco Tócamo, de 80 años, quien residía con su nieta Dayaris Becheche, de 24 años y sus dos bisnietas de 3 y 6 años, en una vivienda totalmente deteriorada de madera, techo de zinc, piso de madera y usaban letrinas forrada de material improvisado.
La octogenaria, quien sufre de hipertensión, es beneficiaria del programa 120 a los 65, el único ingreso de la familia, ya que su nieta es desempleada.
Las tres viviendas de 40.96 metros cuadrados constan de sala-comedor, dos recámaras, baño higiénico, cocina, lavandería y un pequeño portal.
Para la edificación de estas unidades básicas, la entidad tuvo que transportar los materiales por medio del río Bayano, debido a que dos de las casas están asentadas en las cercanías del afluente.